IBIZA QUEDÓ EN CENIZAS
Con ciertos humos de recalificación, tuvimos que contemplar el peligroso incendio que acechó la ciudad Ibiza. Por medio había casas, un taller mecánico (con algún depósito de combustible por ahí suelto, fijo) y una tienda de decoración (llena de maderas, mimbres y paja... Uff). Cinco horas largas se demoraron los bomberos en mitigar las llamas. Cortaron la carretera, evacuaron a las personas y los medios informativos se hicieron eco, marearon la perdiz y desviaron la atención. Al final solo consiguen "desinformar" escandalosamente sobre lo ocurrido. Ni atisbo de consideraciones urbanísticas, sino mera especulación periodística. Los medios no hablan de los secretos a voces. El metro cuadrado ibicenco está tan caro y escaso que provoca estrategias macabras para hacerse con los suelos. La consecuencia es desastrosa. De los terrenos protegidos, la ecología, los paisajes salvajes o de las ruinas fenicias nadie se acuerda hoy día, cuando la posibilidad de negocio en